Un código QR es la evolución del código de barras. Es un módulo para almacenar información en una matriz de puntos o en un código de barras bidimensional.

En RESOL, utilizamos esta tecnología para incrustar las fichas técnicas de nuestros productos en su etiqueta, garantizado el acceso a la información en cualquier momento y lugar.

Las mismas dependerán del producto y pueden contener información como:

• Característica y Usos del producto.
• Preparación de la Superficie.
• Preparación del Producto.
• Método de Aplicación.
• Características Fisicoquímicas.
• Rendimiento Teórico.
• Tiempo de Secado.
• Precauciones de Seguridad.

Para comenzar a escanear códigos QR desde su dispositivo Android es necesario contar con una aplicación como “QR Code Reader”. Ese es uno de los primeros scanner en la Play Store que te permite leer los códigos QR mediante la cámara de su dispositivo Android, ya sea Tablet o Celular.

Luego de instalar la aplicación, veremos la cámara de nuestro dispositivo con un recuadro más claro, en donde debemos enfocar el código QR. La aplicación identificará el contenido y nos enviará al sitio correspondiente.

Para comenzar a escanear códigos QR desde su dispositivo IOS es necesario saber que versión de este se encuentra utilizando, ya que dependiendo esta puede utilizar una forma u otra.

Si desconoce la versión de su dispositivo IOS, puede seguir los pasos para IOS 8+

Una vez empapado el rodillo en la bandeja de pintura y evitando que gotee se describe una W a la altura deseada. Este tendrá que ser el material necesario para cubrir un cuadro de 80 cm de lado aproximadamente, por lo que la pintura no debe ser escasa. La W marcada permite una descarga homogénea del rodillo en este sector, los pasos siguientes serán necesarios para esparcir esta cantidad de material.

Inmediatamente marcada la W, y sin volver a cargar el rodillo, se lo repasa en forma horizontal favoreciendo al correcto esparcimiento, culminando con movimientos verticales y más seguidos intentando cubrir cada centímetro cuadrado que pudiese quedar sin pintura.

Si la cantidad de material ha sido la necesaria la superficie debería haber quedado correctamente cubierta. Si la pintura de descuelga o chorrea el rodillo debe cargarse menos, por el contrario, si quedan sectores sin pintar o con una muy delgada capa de pintura requerirá de más manos de las necesarias para cubrir correctamente la pared, por lo que habría que cargarlo un poco más.

Para pintar una pared por sectores sería conveniente comenzar de arriba a abajo y de izquierda a derecha. Con un trabajo ordenado y parando solo al culminar una pared o plano. Esta sería una forma correcta de manejar el rodillo logrando un pintado cubritivo, de buen acabado y de forma rápida, principalmente en pinturas delicadas como las de acabado satinado, donde la rapidez es necesaria.

El principio de funcionamiento de esta herramienta es muy sencillo: La pintura o barniz que está siendo aplicado es pulverizado o atomizado en la pistola por el aire comprimido proveniente de un compresor. De esta manera se obtiene un chorro de pintura que tiene como ventajas un perfecto acabado y una rápida aplicación.

Con respecto a las pistolas aerográficas, existen de dos tipos:

• Por succión, las que poseen un depósito debajo de la pistola o una manguera hacia el mismo
• Por gravedad, que utiliza un depósito en este caso en la parte superior de la pistola

El compresor para trabajos domésticos no es necesario que sea demasiado grande, con uno de 1,5 CV con un depósito de 20 a 50 litros es suficiente. La presión debe ser de 3 bares al momento de la aplicación.

Es necesario que la pintura tenga la viscosidad justa para obtener un buen acabado sin rugosidades ni chorreaduras, debido a que puede estar demasiado espesa o líquida, en cada caso. Lee las instrucciones de la dilución necesaria en el envase de acuerdo con el tipo de pintura.

Aunque la pintura sea nueva puede contener impurezas que estropeen el trabajo o tapen la boquilla de la pistola, por ello debes siempre filtrar o colar el material a través de un filtro para pintura o simplemente una media de nailon.

Una vez conectada la pistola al compresor y haber llenado el depósito con la pintura necesaria para un sector a pintar, se debería hacer una prueba sobre cartón para controlar el chorro que arrojará la misma. En este momento es donde deben ajustarse la presión del aire y la entrada del material a través de la aguja de paso.

Durante la aplicación sobre la superficie a pintar la pistola debe encontrarse a una distancia aproximada de 20 centímetros. Si se realiza más cerca corremos el riesgo de chorrear la pieza o superficie, si se realiza más lejos se obtiene demasiada niebla o polvo que otorga un acabado áspero.

Dependiendo de lo que pintemos será el movimiento que debemos hacer para cubrir cada uno de sus recovecos, pero generalmente el movimiento debe hacerse con la muñeca suelta manteniendo la pistola siempre perpendicular a la superficie.

En otro artículo veremos cómo pintar diversos tipos de superficies de acuerdo con su tamaño, ángulos y posiciones para aprovechar a pleno el uso del soplete.

Una vez acabados los trabajos de pintura es muy importante limpiar inmediatamente todo el equipo de trabajo correctamente, ya que ello garantiza la duración y posterior buen funcionamiento de las herramientas.

Ya vacío y enjuagado el depósito de pintura se debe rellenar la cuarta parte de este con el solvente utilizado y pulverizarlo hasta que el solvente salga completamente limpio, de esta manera son limpiados los conductos y boquilla de la pistola.

Esta práctica herramienta es utilizada en el pintado de carrocerías, en el ámbito industrial y de grandes superficies, pero es muy común el uso en casa, especialmente para los que más gustan del bricolaje.

Preferentemente el trabajo de pintado debe hacerse en exteriores evitando la absorción de vapores y manchado de los interiores, o en su defecto en lugares ventilados. En el caso de trabajar en interiores se recomienda cuidar no manchar utilizando papel de periódicos, plásticos, cinta de carrocero y todo lo necesario, ya que la pintura pulverizada se dispersa con gran facilidad.

En exteriores los días soleados y sin viento son lo más indicados para el trabajo. Durante la mañana se evitan los insectos que puedan adherirse a la pintura recién aplicada.

En ambos casos el uso de mascarilla es imprescindible para proteger vías respiratorias.

También llamada “Cinta de Pintor”, “Cinta de Carpintero”, “Cinta de Enmascarar”, "Cinta de Carrocero" o "Cinta Carrocera". Un elemento multiusos imprescindible mientras pintamos nuestra casa.

Se utiliza para cubrir aquellas zonas que no deseemos que se manchen con pintura, o para sujetar el papel o los plásticos que nos servirán para tapar muebles a la hora de pintar.

La superficie donde será adherida debe estar libre de polvo o grasitud, de lo contrario no se fijará. No debemos mantener adherida una cinta durante largo tiempo porque será muy difícil retirar teniendo que ayudarnos con solventes y espátulas para lograr hacerlo. El plazo máximo es de 2 o 3 días.

Si necesita lijar demasiado seguramente el polvo terminará ensuciando aquellos lugares que incluso estén tapados o cerrados. Si no quiere que se llenen de polvo, aparadores, roperos u otros muebles con puertas (incluso otras habitaciones) puede colocar en todas las puertas y cajones una cinta de papel tapando la ranura o luz que queda entre marco y puerta.

Al utilizar cinta de papel para hacer cortes de colores de pintura, procure presionar fuertemente pegando adecuadamente el lateral a pintar de la cinta. De lo contrario el material puede colarse por debajo y la línea entre colores no será perfecta. Puede realizar esta misma tarea con una espátula o rodillo de plástico.

Es una herramienta ideal para pintar grandes superficies con un gran ahorro de tiempo. Además, no deja marcas o rayones como lo podrían hacer las brochas.

El largo del cilindro oscila entre 50 y 250 milímetros. El pelo, del rodillo de cubierta de lana sintética, puede variar entre 5 y 30 milímetros. También hay rodillos de espuma de goma que son utilizados para pinturas sintéticas y mejores acabados.

Debes elegir el rodillo de acuerdo con el tipo de pintura y superficie que pintarás. Por ejemplo: para pinturas acrílicas o plásticas al agua deberás usar uno de lana sintética o natural. Si la pared es lisa, el pelo debería ser más corto, en cambio para paredes con gotelé o porosas el más indicado es un rodillo de lana larga.

A esta herramienta se le puede agregar en su parte posterior una extensión (palo, caña, extensor, pértiga) que le dará más alcance en lugares altos como paredes altas o techos.

Primero carga de pintura el rodillo en la bandeja o cubeta, haciéndolo rodar dentro de esta para mojar toda la lana o espuma, y quita el exceso de pintura repasándolo en la parte texturada de la bandeja o en su rejilla. Luego ya en la superficie a pintar mueve el rodillo de arriba hacia abajo para descargar la mayor cantidad de pintura. Repasa de forma horizontal extendiendo el material y por último de nuevo verticalmente. El lugar a cubrir tendría que quedar totalmente cubierto de pintura, aunque quede transparente, y no debería de chorrear ni haber exceso de burbujas.

Si estás trabajando con pintura al agua, puedes introducir los rodillos en una bolsa plástica y cerrar la boca para mantenerlos por un corto tiempo húmedos mientras realizas el trabajo. Cuando hayas terminado lávalos con abundante agua hasta eliminar todo resto de pintura. Guarda las herramientas preferentemente colgadas para no deformar la lana o espuma.

Una pintura satinada tiene un acabado intermedio entre opaco y brillante. Este le proporciona características especiales que bien utilizadas pueden mejorar el aspecto de las paredes y toda la decoración en general.

El acabado satinado al reflejar más luz que el mate, favorece a la iluminación ambiental. También es aconsejado por ser de fácil lavado. Su apariencia es muy agradable a la vista, sin olvidar su suavidad al tacto. Por todo esto los ambientes lucen delicados y originales gracias al brillo sedoso de la pintura.

Un inconveniente que podríamos atribuirle a la pintura de acabado satinado es su facilidad para resaltar imperfecciones. Es imprescindible preparar muy bien la superficie a ser pintada, reparando grietas, alisando la pared (si es necesario) y aplicando imprimación antes del pintado.

Este trabajo de pintado debe ser muy cuidadoso, ya que el rápido secado no permite un brillo homogéneo de la superficie. La aplicación debe hacerse por sectores (por cada pared) y rápidamente, para evitar marcas que sean visibles a contraluz.

Si se repasan imperfecciones a solo minutos u horas después, se notarán en gran manera, por ello la última mano es la decisiva. Las paredes que requieren más cuidado serán las que reciban más iluminación, especialmente de costado.

Si no se tiene algo de experiencia como pintor, es mejor dejarle el trabajo a un profesional de oficio.

La mayoría de las pinturas para paredes, maderas y metales se fabrican en los tres acabados incluyendo al satinado. Las paredes pueden pintarse con pinturas al agua o esmaltes.

Las cubetas y bandejas son el depósito de la pintura en el que se cargarán las brochas y los rodillos. Constan de una parte donde se carga el material y otra donde se descarga el rodillo del exceso para que no gotee. Su forma y capacidades facilitan en gran medida el trabajo.

Dependiendo del tamaño del rodillo, la cantidad de pintura y el tipo de material, será el tamaño de la cubeta a elegir. Puede escoger entre una variada cantidad de capacidades que va desde los 5 a 20 litros aproximadamente. Cuenta con una manija de plástico o metal que le perite ser transportada o colgada en una escaleta.

Estas también son de material plástico. Son de poca profundidad para no sumergir demasiado los rodillos y empaparlos de pintura, y con una zona texturada para la descarga. Varían en el ancho de acuerdo con el tamaño del rodillo.

Estas se adaptan a las cubetas, cubos o tarros de pintura para repasar el rodillo sobre ella y quitar exceso de material. Pueden ser de plástico o metal. Son un suplemento muy útil para el trabajo de pintura de paredes.

Una vez que haya terminado de utilizar la bandeja o cubeta, lávela con agua en el caso de que esté utilizando pinturas al agua, o el diluyente del material usado si usa pinturas al aceite, retirando todos los restos de pintura que pueda tener.

Cuando comencemos a pintar un cielorraso de yeso diferenciaremos de aquellos que están “vírgenes” o nuevos, de los que ya tienen manos de pintura anteriores, porque ambos tendrán un tratamiento distinto. Los dividiremos en cielorrasos nuevos, y con pinturas anteriores.

Si el yeso es nuevo quite las impurezas con una espátula grande, pero sin lastimarlo, y aplique una mano de fijador sellador incluso antes de reparar los agujeros y grietas. NUNCA LIJE EL YESO SI NO ESTA PINTADO. Esto causaría que cuando aplique la pintura se resalten los rayones ocasionados por la lija y serán difíciles de eliminar.

Esto también se aplica a cielorrasos de otros materiales como placas de yeso, MDF, cartones prensados...

Tal vez, si las capas de pinturas viejas son demasiadas, o de mala calidad, o haya humedad en el techo se formarán ampollas o pintura “floja” que tendrá que quitar con una espátula. Seguramente existirán también manchitas que tenga que eliminar con agua y detergente, hongos, humo o moho, sino éstas volverán a salir después de pintado.

Si ya hemos aplicado fijador sellador en el caso de cielorrasos nuevos y hemos limpiado bien los viejos es hora de tapar las grietas y agujeritos que pudieran tener. Con una espátula y el material correspondiente haremos este trabajo. Después tendremos que lijar uno a uno los parches y todo el cielorraso para que se adhiera la pintura, solo si son viejos ya pintados. Y por último quitar el polvo con un cepillo.

Al momento de elegir la pintura lo mejor será un látex interior Cielorrasos RESOL.

Puede escoger una pintura al aceite como el esmalte sintético, especialmente si la pintura anterior es ésta misma, o si hay manchas amarillentas de humedad o moho que no saldrán con nada. Si el ambiente es muy húmedo como un baño, para que no se humedezca el yeso puede usar este tipo de pintura, así lo impermeabilizará y prologara su duración.

Por lo general el color elegido es el blanco por la razón que otorga claridad a la habitación y da la sensación de un techo más amplio o alto, es especial para techos bajos y departamentos pequeños. Obviamente se pueden utilizar otros colores a su elección y que combinen con los colores de las paredes, el piso, y los muebles.

Este “Blanco” en el caso que nos decidamos por éste, no es recomendable que sea blanco puro, debemos “ensuciarlo” agregándole en muy poca cantidad entonadores negro y ocre creando así un color tiza. Esto ayudará a que cubra más fácilmente las pinturas anteriores con menos cantidad de manos.

Es difícil cuando no se tiene experiencia con el pincel y el rodillo pintar hacia arriba porque terminará ensuciándose las manos con pintura, pero a los pocos minutos ya habrá tomado el control de las herramientas.

La cantidad de manos dependerá si el cielorraso es nuevo o viejo y si tenía un color muy oscuro o distinto. Por lo general se aplican de 2 a 3 manos hasta cubrir, pero tal vez puedan ser más. Deje secar la pintura entre manos según las indicaciones del envase.

En paredes de yeso nuevas antes que nada tendrá que quitarle las impurezas con una espátula grande y aplicarle una mano de fijador sellador incluso antes de reparar los agujeros y grietas que tuviere. Nunca lije el yeso si no está pintado. Esto causaría que cuando pinte se resalten los rayones ocasionados por la lija y serán muy difíciles de quitar.

En paredes de yeso con pinturas anteriores, si las capas son demasiadas, de mala calidad, o haya humedad se habrán formado ampollas de pintura “floja” que tendrá que quitar con una espátula. Seguramente existirán también manchas para eliminar con agua y detergente, hongos, humo o moho, sino estas volverán a salir después de pintada.

Es hora de tapar las grietas y agujeros que pudieran tener. Con una espátula y el material correspondiente haga el trabajo. Lije uno a uno los parches y toda la pared para que se adhiera la pintura, solo si tiene manos de pintura anteriores. Y por último quite el polvo con un cepillo.

El material para masillar puede ser yeso, enduído plástico o masillas especiales que según el fabricante pueden variar en el modo de presentación. Pero seguramente son iguales al modo de aplicarlas. Lea las instrucciones del envase, el modo de preparación y aplicación.

Los materiales para aplicar en las paredes son diversos, encontramos pinturas plásticas, acrílicas, al látex, vinílicas, todas a base de agua. Estas son las más utilizadas para los interiores por su fácil aplicación y por su poco olor. El acabado puede ser opaco (mate), semi-mate (satinado o brillo de seda), y brillante. En ocasiones se suele utilizar esmaltes sintéticos.

Aquí es donde puede lucirse en la elección de los colores de su hogar. Estos demostraran su personalidad, o la que usted le quiera dar a la casa. Una vez elegidos puede comprarlos preparados, hacerlos preparar en la pinturería o prepararlos usted mismo.

La cantidad de manos dependerá si la pared es nueva o vieja y si tenía un color muy oscuro o distinto. Por lo general se aplican de 2 a 3 manos hasta cubrir, pero tal vez puedan ser más. Deje secar la pintura entre manos según las indicaciones del envase.

La espátula es una herramienta imprescindible para la preparación de la superficie a pintar. Las mejores espátulas son las de acero y dependiendo del uso que le demos será su ancho y su flexibilidad. Pero no cabe duda de que las más flexibles son mejores para masillar. Pueden variar entre los 20 a 300 milímetros.

Antes de empezar a pintar en muchos de los casos encontraremos que le pintura se ha “descascarado” y tendrá que retirarla con la espátula. Si está trabajando sobre metal esta tarea no necesitará de cuidado y retiraremos los restos de pintura suelta firmemente. En el caso de trabajar sobre madera es muy importante hacerlo con mucho cuidado de no dañarla.

Para que nuestra labor sea de calidad es conveniente tapar todos aquellos agujeros, grietas o imperfecciones que pudiera haber en cualquiera de las superficies que pinte.

Para masillar yeso, placas de yeso, o MDF es muy importante que la superficie a tratar ya haya sido pintada. Si la pared es nueva por lo menos tendría que tener una mano de fijador sellador, y si es posible también una mano de pintura.

El yeso o la masilla especial para este tipo de tareas que pueda conseguir en cualquier pinturería seguramente se preparará con agua, o puede venir preparada, siga las instrucciones del envase.

Cargue el material de consistencia pastosa en la espátula en poca cantidad y pase por la pared intentando cubrir la imperfección. Si ésta es demasiado grande repita la operación hasta emparejar con el nivel de la pared. Deje secar y lije.

Puede utilizar masillas de acabado blanco si la madera que tratemos va a ser pintada con una pintura como esmalte sintético u otra que cubra su color. De lo contrario, si desea reparar maderas que posteriormente van a ser barnizadas use masillas especiales del color de la madera a tratar.

El procedimiento siempre es el mismo. Tomamos un poco de la pasta en la espátula y repasamos intentando tapar la imperfección hasta nivelarla con la superficie. Lijamos para otorgar la suavidad y retirando todo resto de masilla, limpiamos.

Esta herramienta se utiliza para desgastar, decapar, rayar o alisar la superficie a pintar, dependiendo de su aspereza. Esta se clasifica según la densidad de gránulos que posee. Por ellos podemos encontrarlas de 30, 36, 50, 60, 80, 100, 120, 150, 180, 220, 240, 280, 320, 360, 400, 500, 600, 1000, 1500...

El material de los gránulos puede ser de carburo de silicio, óxido de aluminio, polvo de vidrio o polvo de granate. El soporte, materiales como papel o tela esmeril, esponja o madera.

Para quitar pintura es recomendable utilizar lijas entre el 30 y el 80 que son las más “gruesas” y que tienen más capacidad de desgaste. Si estamos trabajando sobre madera no conviene que sea tan gruesa. Si se desea solo alisar un poco la superficie, lijas entre 100 y 180 serán útiles. Si va a lijar entre manos de pintura, generalmente en pinturas al aceite y brillantes, una lija entre 180 y 300 será más que suficiente.

Tal vez quiera quitar los granos o asperezas que hayan quedado en objetos o paredes ya terminadas, para esto utilice lijas entre 400 y 600 en pintura mate o 1000 en pinturas satinadas y 1500 en pinturas brillantes solo si la pintura es lo suficientemente dura para no rayarse.

El lijado en la madera siempre tiene que ser a lo largo de la veta. Si cruza la lija podrá "lastimarla" y se notará especialmente en barnizados. Si tiene que lijar en contra para llegar a toda la extensión de la superficie a pintar, debe hacerlo con mucha suavidad.

En el caso de paredes no importa la dirección, pero lo óptimo es hacerlo de forma circular, y en el de lijado de parches con un taco de madera para obtener un alisado perfecto. En el caso de superficies con molduras, curvas y relieves es conveniente el uso de espuma de pulido y lana o viruta de acero.

Las brochas o pinceles son los elementos más utilizados en la pintura. Su fácil uso y practicidad para pintar cualquier tipo de superficie las hacen herramientas indispensables.

Poseen un mango de madera o plástico, y en su extremo un grupo de cerdas. Varían en distintos anchos dependiendo de nuestras necesidades, generalmente entre los 20 y 150 milímetros. El material de la cerda también puede variar de acuerdo con la calidad de la brocha, o el tipo de pintura a utilizar.

• Las brochas de cerdas oscuras: Son indicadas para la aplicación de pinturas con base de solventes, como esmaltes sintéticos y barnices. No deben ser cerdas plásticas gruesas de mala calidad.
• Las cerdas grises o blancas: encuentran su mejor uso en la aplicación de pinturas de base acuosa como el látex o pinturas plásticas.

Es fundamental el dominar esta herramienta para obtener perfectos acabados en nuestros trabajos. Cuando pintes no es recomendable que cargues demasiado el pincel con pintura, pero tampoco le debe faltar. Es conveniente sacudir la brocha con un par de golpes en el interior de la cubeta, bote de pintura o bandeja, para descargar el exceso, y de esta forma aplicarla sobre la zona a pintar.

La superficie no debe excederse de pintura, es mejor una capa delgada, con un mejor acabado y sin chorreaduras, aunque tengas que aplicarle manos extras.

Al pintar extiende el material con movimientos verticales, luego “peina” con movimientos horizontales y nuevamente con verticales. No te demores demasiado en grandes extensiones porque la pintura se secará y se notaran las “juntas”, en este caso puedes utilizar un rodillo para ganar tiempo.

En el caso de pintar o barnizar maderas, las pinceladas finales siempre deben ser a favor de la veta.

Una vez que hayas terminado de utilizar las brochas deberás quitarle los restos de pintura para que no sequen, y así mantener las herramientas en condiciones.

Si has utilizado material al agua como pintura plástica, látex, fijador sellador u otra, solo bastará lavar con abundante agua, hasta que salga totalmente cristalina. Si al contrario has utilizado una pintura al aceite, como los barnices o esmaltes sintéticos, tendrás que lavarlos con aguarrás mineral o el disolvente utilizado con la pintura. Si has trabajado con plastificantes o lacas lávalos con el mismo diluyente usado para este tipo de material.